Moviéndose entre el riesgo y la discreción, son los maestros de la ocultación y el sigilo. No detienen las balas como los guardaespaldas: evitan que éstas se disparen y, en ocasiones, realizan investigaciones previas o posteriores, para que los detectives puedan detener al agresor.
Pocas agencias de seguridad tienen centinelas, es un servicio caro, sin apenas visibilidad y que no suele ser muy conocido. La mayoría de las empresas de seguridad no ofrece personal experto en seguimiento y anulación, contención o reducción de riesgos, los suelen sustituir por personal de contrainteligencia o por vigilantes.
En "El centinela", Lublaj Raffle nos introduce en el complejo pero apasionante mundo de estas personas, que dedican su tiempo, sus conocimientos y su tesón con un único objetivo: que el resto de personal de seguridad, y por supuesto sus protegidos, puedan desempeñar su labor con mucha más tranquilidad.
En este segundo volumen de la saga seguimos a Biurn, el protagonista, por nuevos y cada vez más escabrosos encargos, situaciones casi esperpénticas, y mucha de la tragicómica y desvergonzada vida de la más alta clase social de la aristocracia.[ME INTERESA]